ETAPA 7
ALBUFEIRA-TAVIRA
Avisamos a Antonio para que pase a recoger al infortunado Camuñas. Óscar, Julián y yo continuamos la ruta, sin prisa, pero sin pausa. El terreno es favorable, hay pocos repechos y tenemos muchos kilómetros por delante.
Las bicicletas nos hacen pasar por turísticas localidades como Olhos de Agua, con su gran playa llena de pasarelas de madera, Villamoura, considerado el Puerto Banús portugués y Quarteria, pueblo pesquero que posee una enorme playa.
Los gps nos llevan por algunas poblaciones del interior y unas cuantas urbanizaciones que rebosan lujo y ostentosidad. Y poco a poco, los bosques van desapareciendo y empiezan los humedales. Entramos en el Parque Natural de la Ría de Formosa.
Hasta ahora, hemos rodado por zonas boscosas con señalización de la EcoVía del Litoral y enlazamos con la Ruta Atlántica Eurovelo-1.
Y llegamos al destino de nuestro segundo desayuno con 46 kilómetros en las piernas. Estamos en Faro, capital de la región, pero sin playa urbana.
El café de media mañana aporta las fuerzas necesarias para acabar la jornada. Salimos de Faro por un carril bici y vamos bordeando la Ría de Formosa. Antes de llegar al siguiente punto turístico, paramos a ver unas salinas a la salida de la carretera.
Al poco de reanudar la marcha entramos en la localidad de Olhao da Restauraçao, con su puerto turístico como atractivo, pero sin playas urbanas. Todo el trazado de esta ruta está siendo muy llano y bajo una solana importante.
Los track nos introducen en la Ría de Formosa y nos permiten recorrer los humedales por largas rectas y grandes lagunas. Pero una pequeña trampa nos encontramos en el camino. Una pasarela de madera en mal estado, con los tablones rotos y sin otra opción de paso, nos hace parar. Y, montando una pequeña cadena humana, pasamos primero las bicicletas y luego nosotros. Una lástima que la Ecovía del Litoral, a su paso por Olhao, no tenga un mantenimiento adecuado.
Una anécdota en el camino. Proseguimos la marcha pasando por la localidad de Fuseta y con calor y ganas de acabar la jornada, llegamos a la localidad de Tavira. Punto final de la etapa. Antonio y Camuñas nos están esperando junto a la Posada de Juventud con las correspondientes cervezas frescas.
El "salpicadero" del manillar de mi bicicleta me dice que hemos pasado de los 83 kilómetros. Una jornada larga y calurosa que hemos cubierto a buen ritmo. En la Posada de Juventud no nos entregan las camas hasta la 16:30 horas, pero nos facilitar guardar las bicicletas y el coche en su Garaje.
Para hacer tiempo, nos vamos a un restaurante cercano para seguir celebrando nuestra séptima etapa y comer para recuperar fuerzas.
Y llegó el momento de alojarnos y darnos una placentera ducha. Lo siguiente, un largo paseo por el casco viejo de Tavira hasta llegar a un establecimiento de lavado automático de ropa. Toca "hacer la colada".
Estamos junto al Río Gilao. Vienen barcos con turistas que regresan de la Isla de Tavira. Pero el ritmo que llevamos y el tiempo que disponemos no nos da para ese tipo de excursiones.
Como la lavadora tarda un poco en hacer el ciclo completo, aprovechamos para dar un paseo por los márgenes del río y vemos parte del casco antiguo de esta localidad.
Cuando la ropa esta limpia y seca, regresamos a la Posada, comprando primero algo de comida para la cena. El día le acabamos lavando las bicicletas en el garaje de la Posada. Una tranquila cena nos lleva a las camas para finalizar esta séptima etapa, un tanto desafortunada para Camuñas. Parece que tiene todas las papeletas para convertirse en el conductor oficial del vehículo de apoyo. Veremos que pasa mañana. Ahora, toca descansar.
DECÁRGATE EL TRACK
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